Chile's economic reform has not followed a "unique model". Since the coup d'etat of 1973, there have been at least three different sets of reforms, each with different emphasis, doses and divergent results. Chile has experienced strong crises and economic instability and very different economic growth rates in the last three decades. Thus, the results to be shown depend on the period under scrutiny. There is neither a unique model nor unique results. While growing at a fast pace of 5.5% on average during 1990-2007, Chile has somewhat bridged the gap vis-à-vis developed countries in terms of Gross Domestic Product (GDP) per capita. However, the economic gap is still large and the social gap is even greater. An equitable growth strategy including substantial macroeconomic and microeconomic policy reforms is needed. As for the macroeconomy, a transition from the neo-liberal two-pillars approach (low inflation and fiscal discipline) to a three-pillars framework including, apart from those two pillars, regulation of both aggregate demand and key macro-prices such as the exchange rate is a must. Finally, microeconomic reforms must complete long-term capital markets (in particular for the PyMES), labor and enterprise training markets and technological innovation. Neo-liberal reforms in these areas either failed or were extremely weak.
Chile no ha tenido un set único de reformas, o "modelo único", desde el golpe militar de 1973, sino a lo menos tres, con distintos énfasis y dosificaciones, y con resultados divergentes. Segundo, Chile ha experimentado fuertes crisis e inestabilidad económica en parte de estos tres decenios. Los resultados que se exhiban, entonces, dependen en mucho de los períodos que se consideren. De hecho, el tercio de siglo transcurrido desde 1973 incluye decenios con tasas de crecimiento promedio tan disímiles como 3 y 7 por ciento. No hay ni modelo único ni resultado único. Con un elevado crecimiento, que promedió 5.5% anual entre 1990 y 2007, la economía chilena acortó distancias con el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante de las economías desarrolladas. No obstante, la brecha económica es aún elevada, y la brecha social aun mayor. Se requiere una eficaz estrategia de crecimiento con equidad. Ella involucra, según lo argumentado en este artículo, reformas sustantivas en las políticas macroeconómica y microeconómica. En la macroeconomía se requiere transitar desde el enfoque neoliberal de dos pilares (inflación baja y disciplina fiscal) a una de tres pilares. Ésta incluye, más allá de aquellos dos pilares, la regulación de la demanda agregada y de macro-precios como el tipo de cambio. Las reformas microeconómicas exigen completar mercados de capitales de largo plazo (preferentemente para PyMES), de capacitación laboral y empresarial, y de innovación. En estas tres áreas las reformas neoliberales fueron profundamente fallidas o débiles.